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domingo, 8 de mayo de 2011

Simple verdad.

Tú, yo, son tan solo monosílabos, simple palabras, la unión de una consonante y una vocal, que separados no sirven de mucho, pero que al unirnos forman un nosotros, un nosotros con el que sueño cada noche y mora en mi mente cada segundo, un nosotros surgido de nuestro pasado, un pasado que nosotros formamos, dos completos desconocidos, un tú y un yo, y hemos vuelto al principio, separados, distanciados, y por lo menos uno de los dos confundidos, y el otro firme con su idea, pensando que es lo mejor, ¿pero tú que sabes que es lo mejor? una vez me dijiste que yo no conocía tus sentimientos, ¿acaso sabes como me siento yo ahora?, cada vez que hablo contigo me mareo, cada vez que me dices te quiero no sé lo que expresas, y me tiro horas pensando el significado que pones respecto a mi en esas simples palabras, que me producen esperanza o simplemente me abren los ojos y pienso que somos amigos, que ya es una realidad, que nada volverá a ser como antes, no me rayes más y dímelo, pero por favor, no uses tu cabeza, no uses la razón, no pienses que es mejor, porque lo único que quiero es que me hables con el corazón, como hacías antes.
Dos palabras, ocho letras, dímelas y seré tuya.
~E.

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